Durante décadas, aprender a programar fue visto como un pasaporte seguro hacia un futuro laboral prometedor. Las empresas competían por contratar programadores con buenos sueldos, beneficios y oportunidades de ascenso. Sin embargo, la realidad de 2025 muestra un escenario muy distinto: la inteligencia artificial está transformando radicalmente el valor de estas habilidades.
Hoy, los programadores siguen siendo necesarios, pero sobre todo los realmente buenos. Conocer las bases de un lenguaje es algo común, pero dominarlo, resolver problemas complejos y adaptarse a los cambios tecnológicos es lo que marca la diferencia. Y en este punto, la IA se convirtió en una fuerza disruptiva.
La irrupción de la inteligencia artificial
Herramientas como ChatGPT, Copilot o Claude ya son capaces de generar código bajo demanda. De hecho, se han creado incluso videojuegos enteros utilizando estas plataformas. ChatGPT, por ejemplo, asegura: “puedo programar en más de 50 lenguajes de programación, y tengo conocimientos de muchos otros más antiguos, raros o específicos”. Entre ellos figuran Python, C++, Java, Swift o incluso lenguajes más antiguos como COBOL.
Esta capacidad de automatización explica la visión de Jensen Huang, CEO de NVIDIA, quien generó polémica al declarar: “Nadie debería aprender a programar”. Para él, la revolución de la IA está cambiando por completo la manera en que los humanos interactuamos con la tecnología.
“Todo el mundo es ahora un programador”
Con una autoridad indiscutible en el sector tecnológico —NVIDIA se consolidó como la principal proveedora de chips para inteligencia artificial—, Huang sostiene que la programación ya no debe ser una habilidad exclusiva:
“Voy a decir algo y va a sonar completamente opuesto de lo que la gente siente. Probablemente recuerden que durante los 10 o 15 últimos años prácticamente todos decían ‘es vital que sus hijos aprendan informática. Todo el mundo debería aprender a programar’. Y de hecho, es casi exactamente lo contrario. Es nuestro trabajo crear tecnología informática que haga que nadie tenga que programar y que el lenguaje de programación sea el lenguaje humano. Todo el mundo es ahora un programador. Ese es el milagro de la inteligencia artificial”.
Este planteo refleja una transición de paradigma: la programación deja de ser un fin en sí mismo para convertirse en una herramienta mediada por la IA.
¿Un futuro incierto para los desarrolladores?
Aunque la IA ya escribe gran parte del código que usamos —Microsoft estima que cerca del 30 % de su software actual fue generado por IA—, los expertos aclaran que todavía no reemplaza la experiencia acumulada de un profesional. Aprender un lenguaje puede llevar entre seis meses y un año, pero alcanzar un nivel experto requiere años de práctica, algo que los modelos actuales aún no replican.
Sin embargo, el mensaje de Huang es claro: la inteligencia artificial democratizó la programación. En lugar de aprender sintaxis y estructuras, las próximas generaciones podrían simplemente “hablar” con las máquinas en lenguaje natural.
Según el CEO de Nvidia, el valor ya no estará en la ejecución técnica básica, sino en la visión, la creatividad y la capacidad de usar la IA como una extensión de su talento.