La fórmula simple e infalible de Steve Jobs para alcanzar cualquier objetivo en la vida.

Por EmpreHouse,

Publicado el 27 de may. de 2025   —   2 min de lectura

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Steve Jobs no solo fue un genio tecnológico. También fue un maestro en una habilidad que muchos pasan por alto, pero que puede abrir puertas insospechadas: saber pedir. El cofundador de Apple, responsable de reinventar la forma en que usamos la tecnología con productos como el iPhone, el iPad y el iPod, tenía una fórmula sencilla para alcanzar sus metas: animarse a pedir lo que realmente quería.

La historia que lo cambió todo

Mucho antes de convertirse en uno de los empresarios más influyentes del mundo, Steve Jobs hizo algo que marcaría su destino. Con solo 12 años, tomó el teléfono y llamó directamente a Bill Hewlett, el cofundador de Hewlett-Packard. Le pidió piezas sueltas para construir un contador de frecuencias.

Hewlett no solo accedió a su solicitud, sino que también le ofreció un trabajo de verano en HP. Este pequeño gesto de valentía se convirtió en una lección de vida que Jobs repetiría durante décadas: “La mayoría de las personas no consiguen lo que quieren porque nunca lo piden”.

Pedir no es debilidad, es una estrategia

La experiencia con Hewlett muestra algo clave para cualquier emprendedor: ser proactivo abre puertas. Muchas veces, lo único que separa una oportunidad de un “no” anticipado es la decisión de hacer la pregunta.

Jobs no solo pidió ayuda: pidió ayuda a las personas adecuadas. Entendió, desde muy joven, el valor de acercarse a quienes ya recorrieron el camino. Y eso no se trata solo de networking, sino de tener la humildad para aprender y la audacia para dar el primer paso.

Cómo esta filosofía moldeó a Apple

Esta mentalidad no quedó en la infancia de Jobs. Fue un eje central en la construcción de Apple. Su capacidad para comunicar lo que necesitaba, ya fueran recursos, talento o inversión, fue clave para levantar una de las empresas más valiosas del planeta. No lo hizo solo. Supo rodearse de personas que creyeran en su visión, y fue implacable a la hora de hacerles saber lo que necesitaba de ellos.

También cultivó una cultura de empresa basada en la apertura: ideas, sugerencias y desafíos eran bienvenidos. Porque sabía que “pedir también implica saber escuchar”.

¿Por qué cuesta tanto aplicar este consejo?

Aunque parezca simple, pedir lo que uno desea no es fácil. El miedo al rechazo, el orgullo o la inseguridad paralizan a muchos. Pero, como decía Jobs: “Nunca encontré a nadie que me dijera que no me quería ayudar”.

Lo importante no es tener todas las respuestas, sino tener el coraje de buscar ayuda, incluso si la respuesta es un “no”. En ese intento, uno gana confianza, claridad y, muchas veces, oportunidades inesperadas.

¿Qué podemos aprender hoy de esta lección?

En un mundo cada vez más conectado, colaborativo y competitivo, saber pedir es más valioso que nunca. Emprendedores jóvenes y profesionales en formación pueden encontrar en esta actitud una herramienta concreta para avanzar.

No se trata de pedir por pedir. Se trata de tener claro lo que se quiere, identificar a quién puede ayudarte y, sobre todo, animarte a levantar la mano.

¿Cómo poner en práctica esta filosofía?

  1. Definí lo que querés lograr. Sé específico.
  2. Identificá a las personas clave que podrían ayudarte a dar el siguiente paso.
  3. Comunicá tu pedido de forma clara y honesta. No se trata de exigir, sino de conectar.
  4. Estate abierto a aprender. Muchas veces, el verdadero valor está en el consejo que recibís, no solo en la respuesta que esperás.

En definitiva, Steve Jobs dejó muchas enseñanzas, pero pocas tan aplicables, poderosas y humanas como esta: si querés algo, pedilo. Porque a veces, todo lo que separa un sueño de la realidad… es una simple pregunta.

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