El cofundador de OpenAI y uno de los inversores más influyentes del ecosistema tecnológico, Sam Altman, compartió en una sesión de la Startup School con estudiantes de Waterloo Engineering una visión contundente sobre el origen de las grandes startups y la importancia de encontrar ideas originales. Sus reflexiones son una guía valiosa para cualquier emprendedor que esté pensando en lanzar su próximo proyecto.

Una startup nace de la convicción

Altman advierte que no conviene empezar una startup sin una buena idea: “Esperá a tener una buena idea antes de lanzar una startup. Si empezás una sin una idea sólida y simplemente buscás algo al azar, vas a estar bajo presión para inventar algo, y no va a funcionar tan bien. Las compañías más exitosas surgen porque sus fundadores creen con pasión en una idea y sienten que una startup es la mejor manera de hacerla realidad.

El desafío del pensamiento original

Para Altman, pensar algo original es extremadamente difícil: “La mayoría de la gente simplemente copia las ideas de otros”. Ese comportamiento es un error fatal. Si aparece una idea prometedora y surgen 10.000 clones, lo más probable es que fracasen y que el primer jugador —el auténtico innovador— sea quien se quede con el mercado.

Ejemplos sobran: tras el lanzamiento de Facebook aparecieron cientos de redes sociales, y después de Instagram surgieron más de mil aplicaciones de fotos. Casi todas desaparecieron.

Mirar los problemas propios

Una de las mejores fuentes de inspiración, según Altman, está en los problemas de la vida personal. “No es cierto que todas las startups exitosas nacen para resolver un problema que tenían sus fundadores, pero sí es un porcentaje muy alto”.

Muchas de las compañías que transformaron industrias nacieron cuando sus fundadores buscaron resolver un dolor propio. Este enfoque aumenta las probabilidades de crear soluciones con un impacto real y diferenciado.

Surfear la “Gran Ola” tecnológica

Otro concepto clave de Altman es el de la “Gran Ola”. Las startups que marcan época suelen coincidir con una ola tecnológica enorme, que ya está en movimiento. “Es realmente difícil crear una ola tecnológica desde una startup, eso requiere demasiados recursos. Pero lo que sí podés hacer es darte cuenta de que una ola se acerca y surfearla.

Eso ocurrió con el boom de internet en los 90, que dio origen a gigantes como Amazon y Google, o con la era móvil tras el iPhone, que permitió el nacimiento de Uber, Airbnb, Instagram o WhatsApp.

La gran pregunta para hoy

La reflexión final de Altman es una invitación a mirar hacia adelante: “Una muy buena pregunta para hacerse es: ¿cuál es la ola que está empezando ahora y dónde está el nuevo ecosistema de compañías? Porque ya nos toca otra”.

Para los emprendedores de hoy, la clave está en identificar la próxima gran ola tecnológica —ya sea inteligencia artificial, biotecnología, energía limpia o nuevos modelos de consumo— y posicionarse antes de que explote.

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